viernes, 13 de noviembre de 2009

Comentarios radiales


I


Taller experimental.

Experimentar el texto y la palabra.

El referido taller es como la otra casa del hijo de Asterión. Sin puertas ni ventanas, sin siquiera paredes, para que entre el que quiera, o la que quiera. Todo aquel que tenga la pasión de experimentar en los terrenos del texto escrito o la palabra hablada. Recrear en un pliego de papel, o en las intrincadas circunvoluciones de la memoria, por ejemplo, la sobrecogedora llegada del otoño; la inexorable aproximación del invierno; la feliz recapitulación anual del deshielo y la primavera. Conmemorar la enorme pena de José Martí: la esclavitud de los hombres y el hambre en el mundo; la invisiblidad de los dardos que zaetan la sensibilidad humana; el galope desesperado de los corazones apasionados; la vorágine de la catástrofe; la infinita crueldad del poder del Estado; la impenetrable noche solitaria; el callado mensaje de las estrellas; el sublime canto de la esperanza; o el callado genocidio de los señores de la economía y la política.

Innumerable es la temática de la experimentación, como innumerables las habitaciones de la otra casa del hijo de Asterión; para que puedan acogerse allí las almas sensitivas, igual las almas cuyo signo es la rebeldía.

Al final de la existencia de los seres humanos, hay un cenit y un nadir.

Por el nadir despéñanse aquellos que no comprendieron que es la carne la que se hace verbo; y que sólo el verbo es capaz del etéreo impulso hacia el cenit a que toda criatura aspira desde el infinito origen de los tiempos.

No hace mucho, una joven maestra de la lengua, arengaba a sus discípulos diciendo: –Puesto que el ser humano es palabra; es la palabra el arma más temida por los poderosos.
En circunstancias esperanzadoras, puede ser la palabra, medicamento, abrigo, hielo, fuego, agua para aliviar la sed, investigación científica, o alimento.
En el sentido opuesto, se vuelve la palabra, represión, grillete, cárcel, calabozo o cadalzo. Y sin embargo es la palabra, eficaz herramienta para la independencia y la libertad.

La palabra es la llave que abre el corazón de los amantes; o el puñal traidor en busca de nuestra espalda.

Inescrupuloso, utiliza palabras engañosas el mercader, para vendernos lo innecesario; y con palabras inauténticas altera el precio de las mercancías, con el objeto de estafar la bon homía de los parroquianos. Y éstos, con palabras que aluden la razón o la rebeldía, devuelven el buen orden a los tratos comerciales.
Antes de lanzarse a la guerra de las armas, se lanzan los hombres a la guerra de palabras.

Y sólo los esclavos que dan forma a un credo de palabras libertarias, son capaces de romper las cadenas para ir al reencuentro con la luz del sol que les había sido robada.

Es de palabras el cordón umbilical que te une a tí, eterno neonato, a la placenta de la tierra.

Ven a nuestro taller, o levanta el tuyo propio! Ha llegado la inevitable hora de experimentar!


II

Reporte desde la biblioteca

Estamos en la amplia sala principal, rodeados de anaqueles, pilas de volúmenes, y datores para la búsqueda.

Escogemos un volumen al azar y leemos la tapa. Vaya que sorpresa!: Historia de la filosofía. Y son dos los autores, españoles: Navarro Cordón y Tomás Calvo. Este libro forma parte de la colección, Manuales de Orientación Universitaria.

Tiene este volumen, categoría preuniversitaria. Concluimos entonces, que este coleccionable puede ser recomendado a los chicos que cursan gimnasio y piensan continuar una carrera humanística en la universidad. O puede recomendarse además al estudioso autodidacta, que profundiza, incentivado por el propio deseo de ampliar sus conocimientos.

Pero detengámonos un momento, para hacernos la pregunta de rigor: Qué es la filosofía?

Los primeros filósofos de que tenemos noticias en esta parte del mundo, la definían como el gusto por la sabiduría.

Más tarde, ante las primeras nociones de ciencia, experimentación y metodología, se redefinió la filosofía como, Madre de Todas las Ciencias.

El enorme desarrollo científico que experimentó occidente desde esta época, desembocó en la necesidad de una nueva redefinición de la filosofía; profundo debate que alcanzó su clímax en el siglo XVIII, y fue Carlos Marx quien puso los puntos sobre las íes.

Sus más acérrimos detractores se quedaron sin argumentos, cuando, bajo la influencia del Materialismo Histórico y Filosófico, generalizó el concepto que la filosofía tiene por objeto la relación que hay entre el ser humano y su conciencia, en el marco de los problemas más generales que atañen a la existencia del universo, el ser humano y la naturaleza.

Sócrates (469 AC), postulaba que el objeto de la filosofía es la consecución de la verdad, y proponía como método la Mayeútica (hacer de cada respuesta, otra pregunta).

Cierta vez preguntó Sócrates a unos gendarmes que le conminaban: –De qué os ocupais?
–Perseguimos un asesino! –contestaron.

Sócrates: –y qué es un asesino?
Gendarmes: –es un hombre que mata!
Sócrates: –Hablais de un carnicero?
Gendarmes: –No! Asesino es un hombre que mata otros hombres!
Sócrates: –Ahora entiendo. Quereis decir un soldado.
Gendarmes: –No! No nos referimos a un soldado, sino a un hombre que mata otros hombres en tiempos de paz!
Sócrates: –Si, ahora sé que os estais refiriendo a un verdugo.
Gendarmes: –No señor! No se trata de un verdugo!

Se retiraron los gendarmes a deliberar entre ellos para dar a Sócrates una respuesta adecuada. Llegaron a un consenso, y luego regresaron al filósofo diciendo: –Un asesino es un individuo, que mata una o muchas personas, con premeditación y alevosía!

–Y ventaja! –acotó Sócrates.

Como en muchos otros casos, esta vez, la eficacia de la Mayéutica socrática, en la búsqueda de la verdad, fue tan contundente, que aún hoy, en los códigos jurídicos del mundo entero, el concepto de lo que es un asesino, es el concepto que se descubrió en este diálogo entre los justicias y el filósofo ateniense.

Desde los días de Babilonia hasta hoy, la idea de biblioteca, también ha evolucionado! Pero esto será el próximo tema de nuestro, Reporte desde la Biblioteca! Hasta entonces amigos!

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